Si, ya sé, el título recuerda a una película de los hermanos Cohen. Pero define perfectamente el tema del que voy a hablar hoy, las ferias, las dichosas ferias que nos vuelven locos a todos, sobretodo a las pequeñas empresas como nosotros. Las ferias internacionales a las que todos los fabricantes de broadcast acuden a presentar sus novedades son la NAB en Las Vegas y la IBC en Amsterdam (desde el punto de vista del mercado Europeo y Americano), las nuestras son ferias pequeñas y sobretodo nacionales aunque muchos se empeñen en bautizarlas como internacionales. Las empresas multinacionales acuden preferentemente a las ferias internacionales pués, evidentemente, son las que pueden rentabilizar por su gran impacto; no nos engañemos, las ferias nacionales no son rentables ni para las multinacionales ni para las pymes.
Nosotros ya hace unos años que decidimos dejar de acudir a eventos nacionales donde el único beneficiado es el organizador del evento, y generalmente el consorcio estado/autonomía/ayuntamiento. En caso del organizador privado entiendo que quiera obtener un beneficio de su esfuerzo, pero en el caso del ente público creo que las empresas ya pagamos suficientes impuestos y además las ferias les generan unos beneficios “colaterales” a las ciudades que también acaban revirtiendo en más impuestos recaudados. Gratis no, razonable sí.
Desde que dejamos de acudir como expositores a las ferias “oficiales” nos hemos permitido el lujo de invertir este dinero en colaboraciones, jornadas, ponencias, presentaciones, tutoriales, etc, en resumen, en estar más cerca del cliente permanentemente. No sé si es lo más acertado pués el hecho es que las ferias siguen existiendo, pero cada día están más vacías y el expositor se siente engañado. No puede ser que una feria “cara”, porque si una cosa las define es que son caras, no llene un pabellón y encima se dedique a reducir el espacio con plafones para que parezca que está más lleno de público.
El público, otro tema clave en las ferias. Una feria para sólo profesionales no se llena, pero tampoco se trata de dar paso a mucha gente sin un mínimo interés en lo que estás exponiendo. En nuestro caso particular siempre hemos acabado las ferias a las que hemos acudido con la sensación de cansancio y desaprovechamiento de la inversión realizada, y que conste que nos encanta estar en contacto directo con profesionales y aficionados del sector, pero siempre acabas con la sensación de que no has podido estar por todo el mundo que te ha venido a visitar.
Creo que hoy en día las ferias se tendrían que reinventar para que las empresas tuviesen más interés en participar, y eso se conseguiría si fuesen rentables. En un mundo que todo se conoce al instante por streaming, redes sociales y vídeo por internet, es difícil que un profesional del sector no conozca las novedades y hasta es difícil que no las haya visto personalmente en una presentación de su distribuidor de la zona. ¿Dónde está la clave de una feria entonces si ni el expositor ni el visitante quedan satisfechos del tiempo que se han podido dedicar mútuamente?
Como siempre, este post es una opinión personal y puede haber mucha gente que no esté de acuerdo conmigo. Yo mismo analizo cada año (sea de crisis o de alegría económica) a qué ferias podemos asistir y qué impacto obtendremos en nuestro público. Y siempre llego a la misma conclusión, desviar los recursos a realizar más actos menores y llegar al máximo de público. Evidentemente con este post quiero generar debate y por lo tanto os invito a escribir vuestra opinión (indicando si habláis como expositor o visitante). Me interesan mucho vuestros comentarios, pués al fin y al cabo son los que nos marcan la ruta a seguir. Como siempre podéis opinar sin censura tal como habéis hecho durante estos 18 meses de vida de este blog.
Gracias por seguirnos leyendo y gracias por vuestras opiniones.
Alfons Grau – Director Gerente de Grau Luminotecnia
1 Respuesta to “No es pais para ferias”