La primera iluminación artificial de refuerzo de la luz solar en los primitivos estudios cinematográficos acristalados de los años 1910, fueron los arcos de carbones (Aristo y Kriegl) y los tubos de vapor de mercurio (Cooper-Hewitt). Basados en el arco voltaico que se produce al saltar la corriente continua entre dos carbones, en los primitivos proyectores de arco de tipo abierto (sin lente), se producía una iluminación rica en radiaciones azules y verdes, muy actínica sobre las emulsiones de blanco y negro ortocromáticas de la época, sustituidas a finales de los años veinte por las pancromáticas. Momento en que los arcos comparten el protagonismo con los proyectores de incandescencia, muy efectivos para las emulsiones pancromáticas y especialmente a medida que se iban fabricando películas cada vez más sensibles.
Con la irrupción comercial del Technicolor 4 a mitad de los años treinta, se requirieron fuentes de luz fría muy potentes, y de nuevo predominaron los arcos en platós y en exteriores durante toda la etapa clásica. Hasta que los procedimientos de color se equilibraron para la luz cálida del tungsteno y los arcos se limitaban a rodajes diurnos en exteriores y para efectos de luz potentes en plató. A inicios de los años setenta, los arcos fueron sustituidos por la nueva tecnología de las lámparas de descarga HMI. El arco controlado que se produce en la ampolla de cuarzo de este moderno tipo de lámparas, pronto llegó a fabricarse en altas potencias de hasta 18kW que arrinconaron a los arcos de alto amperaje, engorrosos de mover por su elevado peso y dimensiones, de ahí su denominación de Brutos (Brutes en inglés). Y la mayor parte de aquellos obsoletos proyectores se convirtió en chatarra. Pero en Mole-Richardson, empresa de alquileres de material eléctrico para la industria cinematográfica de la época en Madrid y en Barcelona, tuvieron el acierto de conservar algunos Brutos en sus almacenes.
Cuando recibí la invitación de Aluzine y de la AEC, cursada a directores de fotografía y eléctricos, para asistir a una presentación de arcos Brutos restaurados, inicialmente me esperaba una sesión simplemente de recuerdo de una iluminación heavy cuya defunción se produjo hace más de cuarenta años. La sorpresa la tuve cuando Roberto Sacristán, Director General de Aluzine, y Mariola Cortés, Directora de Aluzine en Barcelona, me contaron que están restaurando más de una docena de Brutos que ya han sido solicitados para funcionar en producciones norteamericanas en Europa. O sea que se está iniciando un revival de unos aparatos que se daban por obsoletos. Apuesto a que también los veremos luciendo en la iluminación de algún spot publicitario, por el glamour que aporta recurrir a un aparataje mítico de la cinematografía clásica. De cuando Freddie Young utilizaba baterías de Brutos en Lawrence of Arabia (1962) o en Doctor Zhivago (1965).
Más allá de una curiosa reutilización mítica de los arcos, es difícil entrever características diferenciales notables con los modernos proyectores HMI. El mayor diámetro de su lente fresnel quita algo de crudeza en las sombras de su luz puntual, pero las características de color, supeditadas al tipo de carbones utilizados, serán parecidas al espectro de los HMI. El aprecio por el glamour que aportan los Brutos a las producciones modernas, patente en la satisfacción que mostraban los asistentes ante la demostración efectuada en los platós Gala, hará que se superen con alegría las dificultades de acarrear con tan pesados aparatos y sus gruesas mangas y enormes accesorios para su alimentación, amén del incremento del equipo de eléctricos.
En definitiva, demos la bienvenida a un elemento de iluminación que ha resucitado para mayor gloria de las producciones y sus directores de fotografía que vayan a lucirlos en sus montajes lumínicos, y la enhorabuena a Aluzine por ser padrinos de un bebé tan simpático aunque con un poco de sobrepeso…
Algunos datos sobre los arcos de carbones
Año 1842: Los arcos de carbones se utilizan en algunos teatros y en el alumbrado singular de alguna gran plaza, como la de la Concorde, de París.
Año 1848: Se inventan los primeros reguladores automáticos del avance de los carbones.
Año 1899: Primera eventual utilización de iluminación artificial en cinematografía, para el «reportaje» espectacular del combate mundial de boxeo, The Jeffries-Sharkey Fight. En un pabellón cerrado de Coney Island, en Nueva York, iluminado con baterías de arcos cenitales montados por 11 eléctricos sobre una tela difusora. Rodaje con tres cámaras operando en rotación una detrás de otra y una cuarta de repuesto. «The Greatest Motion Photographs ever taken by the American Mutoscope & Biograph Company», en el formato Biograph, de 68mm, 1’33:1, a 30fps, con perforado en la propia cámara. Se realiza un rodaje paralelo «pirata» de la Vitagraph, aprovechando la luz de la Biograph; solamente se conservan algunos fragmentos, que se pueden visionar en The Bioscope y Youtube.

Rodaje del combate Jeffries-Sharkey (1899)
Hay que tener en cuenta que la película en blanco y negro ortocromática de la época tiene una sensibilidad aproximada de solamente 6 ASA/ISO, que requiere un rodaje con fuentes de luz natural solar o artificiales tan potentes como los arcos de carbones.
Año 1906: En algunos estudios acristalados, y como refuerzo de la luz diurna, se utilizan los antiguos arcos de carbones (los Aristo, utilizados en el alumbrado urbano, y los Kliegl), y baterías de tubos de vapor de mercurio Cooper-Hewitt, situando estas fuentes de luz artificial sobre decorados y actores, en el intento de conseguir una luz plana y difusa en toda la escena.

Arcos flood (ca 1906)

Arcos Aristo colgados en batería, en la Vitagraph (ca 1910)
Año 1912: En la Biograph (USA), los arcos de carbones de llama blanca sustituyen a los arcos cerrados de baja intensidad. Los actores se protegen de sus rayos UV con el maquillaje.
Año 1914: Progresivamente los estudios acristalados se van pintando de negro y la luz de refuerzo con arcos y tubos de vapor de mercurio se convierte en única protagonista, inicialmente como luz plana imitando la luz diurna tamizada. Los arcos se suelen colgar en hileras sobre el decorado. Pero también se colocan dos o más a derecha e izquierda de cámara, a poca altura; normalmente son arcos flood (carbon-arc floodlamps), que provienen de las artes gráficas y de la fotografía, que se sitúan sobre rudimentarios trípodes. Los arcos spot (carbon-arc spotlamps), que provienen del teatro y de las linternas de proyección, esporádicamente se utilizan para efectos (desde el interior de un hogar, por una ventana, una lámpara en cuadro, etc).
Años veinte: Con el crecimiento de la industria cinematográfica se empiezan a fabricar proyectores mejor adaptados a los requerimientos de los operadores.

Estudio de la Fox en Nueva York, con baterías cenitales de tubos de vapor de mercurio Cooper-Hewitt y arcos en trípodes a pié de decorado (1920)

Potentes cañones de seguimiento de uso militar en artillería antiaérea durante la Primera Guerra Mundial, reconvertidos en grandes arcos de carbones (años 20)
Año 1929: En los Estados Unidos, hacia finales de los años veinte se ponen de moda los proyectores abiertos de gran diámetro, con espejo reflector ovalado, equipados con lámpara de incandescencia, de potencias que pronto llegan a los 10kW. La utilización masiva de emulsiones blanco y negro pancromáticas, facilitará la irrupción de la incandescencia en la iluminación cinematográfica, más ligera y fácilmente regulable que los arcos, que se utilizan solamente cuando se requiere un punto de luz especialmente intenso. Aparecen nuevos tipos de arcos de carbones, ahora filtrados con condensadores electrolíticos a fin de reducir las interferencias con los equipos de sonido directo del recientemente introducido cine sonoro.

Arco Duarc Mole-Richardson, de 40 amperios (ca 1929)

Proyectores de incandescencia (ca 1930)
Año 1934: Es un momento de grandes cambios en la industria de la iluminación cinematográfica. Los fabricantes de equipos facilitan proyectores de gran potencia y flexibilidad de uso. Mole‑Richardson introduce la lente fresnel (ligera lente condensadora de sectores prismáticos curvados concéntricos) para los proyectores, ya inventada en principio para los faros marítimos, por el físico francés Augustine‑Jean Fresnel (1788-1827), en Normandía. La lente fresnel se aplica a los arcos de carbones y a los proyectores spot de incandescencia, por lo que acostumbramos a referirnos a ese segundo tipo de proyectores como fresnels.

Lente fresnel (1934)
Año 1935: Para el rodaje de películas con el Technicolor nº4, tricromático, iniciado comercialmente con la producción de Becky Sharp, nuevamente hay que recurrir a la iluminación con arcos de carbones, tanto por los elevados niveles de luz imprescindibles, como por la temperatura de color del sistema, inicialmente equilibrado para luz día.

Fotograma de Becky Sharp, film con dirección de Rouben Mamoulian y fotografía de Ray Rennahan en glorioso (glorious) Technicolor (1935)
Año 1945: Proyectores de incandescencia en un estudio de Hollywood, para films en B/N: 1/4, 1/2, 1, 2, 3, 5, 10 kW (a 115 V).

Proyectores de incandescencia (ca 1950)
Año 1947: Mole-Richardson fabrica en Hollywood el Bruto («the Brute«), arco de carbones a elevado amperaje.

Arco Bruto (desde 1947)
Año 1949: Son necesarios 110 eléctricos para los arcos de carbones utilizados en Samson and Delilah, en el plató 12 de los Estudios Universal.

Samson and Delilah, film dirigido por Cecil B. DeMille y fotografiado por George Barnes (1949)
Año 1950: Technicolor reequilibra su proceso para luz tungsteno. Kodak empieza a comercializar el negativo Eastman Color, monopack, también equilibrado para tungsteno. Hay que filtrar los arcos para tal temperatura de color (3.200K), y se pueden combinar con proyectores de lámpara de incandescencia.

Tipos de Brutos de Mole-Richardson, a 115 voltios: MR de 150, 200 o 225 amperios, Senior de 265 amperios y Super Bruto de 350 amperios
Año 1965: Aparición de las lámparas HMI, denominadas por las siglas de Hydrargyrum (mercurio) Medium-arc Iodine. Arri y Osram colaboran para producirlas y se comercializan a finales de los años sesenta. Contienen dos electrodos metálicos en el interior de una ampolla de cuarzo rellena de una atmósfera gaseosa estudiada para que al ponerse incandescente emita radiaciones en un espectro de 6.000K, parecido al de la luz solar. Son lámparas bi-pin, con un conector a cada extremo. El voltaje que necesitan para el arranque es de unos 20.000 voltios, conseguidos en un balastro externo.

Lámpara HMI bi-pin 1.200W

Proyector HMI Arri 18kW
Año 1970: En las salas de exhibición cinematográfica, las linternas con arco de carbones ya se acaban de sustituir por lámparas de xenón, similares a las HMI.

Arco de carbones en una linterna de proyección

Lámparas de xenón para proyección
Año 1988: Philips es el primer fabricante de lámparas que comercializa una HMI con los dos conectores en el mismo extremo (mono-pin) de una segunda ampolla protectora, para proyectores HMI PAR, de tipo abierto, con la lámpara en el foco de un reflector parabólico.

Lámpara HMI PAR mono-pin
Año 2016: Los Brutos vuelven a iluminar los decorados. Presentación en Madrid y Barcelona de proyectores de arco de carbones restaurados por ALUZINE, operativos para su alquiler a próximas producciones.

Bruto
Tomàs Pladevall – Director de Fotografía (AEC)