Iluminación en las ciudades


Mientras mi amigo Pol Turrents me concede una entrevista sobre cómo nos afectará el cambio de la iluminación en las ciudades y aprovechando que acabo de leer el libro «Historia de Barcelona», echo la vista atrás y os invito a seguirme para ver cómo empezó esto de la iluminación pública. Pensaréis que el «alumbrado» público no pega en este blog, pero se trata de luz, que a mí me encanta, y se hacen muchos rodajes y fotos en las ciudades, que a vosotros os afecta directa o indirectamente. No quiero hablar de la historia del alumbrado de las ciudades en si, esto lo podéis encontrar en la Wikipedia y muchos sitios más que gentilmente nos mostrará el Sr.Google, quiero hacer incidencia en cómo se vivía en las ciudades con los distintos tipos de luz y su evolución. Espero que os guste este post que creo habrá sido de largo el que más tiempo de búsqueda me ha llevado. Si sois impacientes podéis ir al final de este post a ver el resumen de tecnologías.

No echaré de menos los amaneceres con luz de sodio

No echaré de menos los amaneceres con luz de sodio

Todo empezó con el fuego hace más de medio millón de años que con sus llamas dió calor, cocción y luz a los cavernícolas. De repente el ser humano pasó de sólo conocer la luz «azul» del día a tener la luz «amarilla» dentro de las cuevas para pasar las noches; este hecho tan simple marcó la evolución de su sociedad pues pasaron a explicar historias alrededor del fuego y a hacer los primeros grafittis que también narraban sus peripecias. Aparte del avance cultural, no puedo ni imaginarme el impacto psicológico al descubrir los colores bajo esa dominante rojiza y de tan corto alcance. Del fuego a las antorchas y de las antorchas a los candiles con aceite y mecha, aunque esto todavía no lo consideraría alumbrado público tal como hoy lo concebimos. Las velas se inventaron en Egipto siglo XIV aC y las lámparas de aceite más antiguas datan del siglo X aC en Fenicia y Cartago, aunque supongo que estos inventos afectaron a la portabilidad pero no a la calidad del alumbrado en sí. En la antigua Roma se colgaban las lámparas del techo mediante cadenas y en la Edad Media se mejoraron las velas (ahora producían más luz que humo) que se ponían en grandes candelabros de acero forjado, y las candelas de junco que eran las portátiles. Pero no nos engañemos, de noche no se veía nada y la gente respetaba el toque de queda más por miedo a la oscuridad (por los asaltantes de caminos y animales) que a la ley; los pueblos y ciudades estaban iluminados tan solo por la luz que salía de las ventanas de las casas, vamos, que no sabían nada de la contaminación lumínica.

Demos un salto al siglo XVI de donde datan las primeras ordenanzas. En Francia, por ejemplo, en 1524 se ordenó a los vecinos a colgar una luz en la puerta sus casas, en 1558 ya se pusieron faroles en las esquinas de las calles y en 1662 se creó el cuerpo de faroleros que eran los encargados de su mantenimiento, de encenderlos y apagarlos; los reflectores vendrían más tarde y hasta el 1818 no llegaría el gas al alumbrado público. Pero Francia no fue la primera en poner faroles de gas (aunque sí fue un francés el que ideó un sistema primario), se le adelantó Inglaterra que en 1807 iluminó una acera de la calle Pall Mall de Londres. Como vemos transcurrieron 250 años para pasar del aceite al gas y aunque las ciudades mejoraron en seguridad y vida nocturna a medida que se iba ampliando en número de calles iluminadas, seguía siendo una luz proviniente de la combustión, con mayor rendimiento, eso sí, y hasta me atrevería a decir que el «amarillo» se volvió más «azulado» (aunque no he encontrado información al respecto). Los faroleros no se quedaron sin empleo con el paso al gas puesto que el sistema todavía era muy rudimentario, pero pronto pasaríamos a los faroles con encendido automático. Puedo imaginarme que con el paso del aceite al gas disminuiría el nivel de contaminación en las ciudades aunque entonces éste no era un problema importante (aparte de la que producía el carbón). Paralelamente en Estados Unidos surgieron los faroles de queroseno hacia el 1859, que fue la iluminación que dominó en toda américa. Sea como sea, las ciudades ganaron en iluminación nocturna y sus gentes podían pasear viéndose las caras, las calles y las fachadas; claro está, siempre que los faroleros hiciesen un buen mantenimiento, pues la combustión manchaba sus cristales y reflectores. En poblaciones de Asia y Africa donde no llega la electricidad actualmente se sigue utilizando queroseno en el alumbrado público.

Hasta 1875 no se inventarían los faroles eléctricos cuya tecnología consistía en un arco voltaico con electrodos de carbón (estos eran de corriente alterna, no confundir con los arcos utilizados más tarde en cine que eran de corriente contínua); fue un ruso su inventor y hasta 1880 no se instalarían en unos almacenes de París, pero Londres volvió a ser la primera ciudad en instalarlos en sus calles; en el continente europeo fue una ciudad de Rumanía la primera en iluminar sus calles con faroles eléctricos, aunque la ciudad española de Comillas le disputa tal honor… Sea como fuere, el éxito estaba asegurado dado que el gas no dejaba de ser peligroso (qué queréis que os diga, faroles de gas con encendido automático en el 1800 y pico…) y en Estados Unidos se sumaron rápidamente al invento. La luz de arco tenía un rendimiento muy superior y también generaba mucho más calor (y ruído) que el gas y el queroseno, pero para este post lo que importa es que era una luz «azul», vamos, como la luz del día; ahí tenemos el primer cambio brusco en la iluminación de las ciudades, hemos dejado la luz de las cavernas y ahora tenemos la luz del Sol por las noches, de repente perdieron la calidez del fuego (aunque el arco calentaba de coj…), el amarillo de las piedras, la frescura de las caras… pero aprovechad, que los cambios a tecnologías futuras van a afectar a la reproducción cromática también. La luz de arco tampoco era perfecta y requería de mantenimiento frecuente para reponer los electrodos de carbón; eso y la revolución de inventos de la época provocaría muchos cambios en un breve espacio de tiempo.

Paralelamente a la instalación de los falores de arco (1880) se desarrolló la lámpara de incandescencia que iba mejorando despues de que el señor Edison patentara en 1880 la que podemos llamar lámpara comercial; a finales del siglo ya se empezaron a instalar los primeros faroles con lámpara de incandescencia, más fiable, brillante y barata, y rápidamente el «amarillo» sustituyó al «azul» en las calles. La incandescencia mejoró más todavía y pudo derrotar a una nueva tecnología entrante en 1901, la que vendría a ser la fluorescencia, basada en la combustión de vapor de mercurio a baja presión que producía una luz «azul-verdosa» (sin rojo); la fluorescencia era más económica y eficiente, pero de luz difusa y de poco alcance. El alumbrado de incandescencia encontró un duro rival hacia 1910 en una tecnología evolucionada del fluorescente de aquella época, la descarga de vapor de mercurio de «alta» presión, volvía el «azul-verdoso» para desgracia de sus ciudadanos, aunque la alta presión casi eliminaba los peligrosos UV; añadiéndole fósforos consiguieron corregir bastante su reproducción cromática y su temperatura de color oscilaba entre los 3500K y 4500K. Hablando en terminos cromáticos, el horror total todavía estaba por venir y en 1930 apareció la lámpara de vapor de sodio de baja presión, «amarilla» y MONOCROMÁTICA; por suerte la sucedió el vapor de sodio de «alta» presión, «amarilla» pero con mejor reproducción cromática y alcanzaba los 2100K. En 1960 entran las lámparas de descarga de halogenuros metálicos en acción que generan una luz «azul» entre 6000K y 6500K. Hoy en día conviven en las ciudades el alumbrado de vapor de sodio, vapor de mercurio y halogenuros metálicos aunque el vapor de mercurio está destinado más a las zonas industriales. Evidentemente desde 1960 se han ido mejorando estas tecnologías.

Todas estas tecnologías «modernas» están destinadas a ser sustituidas por la tecnología del siglo XXI, la tecnología LED, progresivamente desde que en 2009 empezaron los primeros experimentos en calles de pueblos y ciudades. Hoy en día podemos ver LED’s en muchas calles y éstas se van adaptando para convivir con los faroles vigentes; el LED, permite varias tonalidades y así se pueden ver faroles LED de 4000K conviviendo con faroles de sodio en calles pequeñas y faroles LED de 6000K conviviendo con los de descarga de halogenuros metálicos en calles principales, todo en plena armonía. Las ventajas principales de los LED’s en el alumbrado público (esta es mi propia opinión) no es tanto el ahorro energético, que lo hay (aunque no tanto como nos quieren vender), es el hecho de reducir la contaminación lumínica dado que aprovechamos al máximo su rendimiento dirigiendo la luz hacia el suelo sin perder luz hacia el cielo; también evitamos enviar calor hacia el suelo por la propia naturaleza del LED, y tenemos un control total y remoto sobre su intensidad. Como curiosidad el ayuntamiento de Barcelona tiene previsto para este 2015 cambiar toda la iluminación de la Avenida Paral·lel con faroles que iluminarán calzadas y aceras pero que al mismo tiempo integrarán proyectores LED RGB para generar colores en fechas indicadas e incluso proyectar imágenes mediante la utilización de gobos.

Como vivo en Barcelona me es más fácil contrastar la información que he recopilado, la reciente, claro. Así que tiro del libro que he leído para resumir cómo prosperó el alumbrado público en mi ciudad. Como todas las ciudades, Barcelona no estuvo iluminada durante siglos, al anochecer se cerraban las murallas y sus habitantes se quedaban en casa, si querían salir tenían que llevar su propia luz. En el siglo XVI se iluminaban las torres de las iglesias y los balcones de los edificios importantes con antorchas durante las celebraciones. En el siglo XVII se creó lo que podríamos llamar el inicio del alumbrado público, con recipientes con teas de pino que daban más pena que luz. En el siglo XVIII se instalaron más de 1500 faroles de aceite que con los años pasaron a estar encendidos toda la noche por decreto real, con el consecuente augmento de la seguridad ciudadana. El 1 de octubre de 1842 se inauguró el alumbrado público con faroles de gas, lo que en su tiempo se consideró un gran adelanto. Pocos años más tarde se realizaron dos experimentos con luz eléctrica de arco voltaico, el mismo día, con horas de diferencia, se iluminaron una azotea en la plaza Sant Jaume y otra en la calle Unió. En el año 1882 se instalaron los primeros faroles eléctricos en el paseo Colón y después algunos más en calles del centro, pero hasta principios del siglo XX todavía funcionaban los faroles a gas que fueron sustituidos por faroles de incandescencia. Durante el siglo XX se fueron implantando las tecnologías de vapor de mercurio de alta presión, de sodio de baja y alta presión y de descarga de halogenuros metálicos, todo un popurrí que ha ido conviviendo hasta nuestros días con mejor o peor suerte. Y en el siglo XXI ya sabéis, los LED’s con un auge increíble este 2014.

Dudaba si poner el resumen al principio o al final de este rollo, ya sabéis, para los que leéis en diagonal… Ahí va:

  • Desde los inicios – Luz solar – 5400K a 12000K
  • Amanecer y ocaso – Luz solar – 2000K a 5000K
  • Por la noche – Luz de Luna – 4100K
  • En tormentas – Luz de relámpago – 28.000K a 30.000K
  • En volcanes – Luz lava volcánica – 975K a 1475K
  • Hace 500.000 de años – El fuego – 1700K
  • Siglo XIV aC – Luz de vela – 1800K a 1900K
  • Siglo X aC – Lámpara de aceite – 2000K???
  • 1807 – Farol de gas – 2400K???
  • *1839 – Surge la fotografía como tal
  • 1859 – Farol de queroseno – 2400K???
  • 1880 – Farol de arco voltaico – 5000K
  • 1890 – Farol de incandescencia – 2700K
  • *1895 – Surge el cine
  • *1903 – Primera fotografía en color
  • 1910 – Farol de vapor mercurio alta presión – 3500K a 4500K
  • *1923 – Primera cámara de televisión
  • 1930 – Farol de vapor sodio baja presión – 1800K monocromo
  • *1935 – Primer largometraje en Technicolor
  • 1940 – Farol de vapor sodio alta presión – 2100K
  • *1948 – Primer sistema de TV para transmisión en color
  • 1960 – Farol de halogenuros metálicos – 6000K a 6500K
  • *1983 – Primera cámara vídeo digital
  • *1990 – Primera cámara fotográfica digital
  • 2009 – Farol de LED’s – 4000K y 6000K

Para los habitantes de las ciudades tanta mezcla y evolución de las fuentes de luz utilizadas para el alumbrado público podrían habernos vuelto locos, pero para el cine y la televisión el color no tuvo importancia hasta los 50. Ahora que nos hemos adaptado a los colores de la ciudad, toca adaptarnos a la dirección de su luz y a la disminución del nivel lumínico que emite al espacio la ciudad en si.

Os invito a que contéis la historia del alumbrado público de vuestra ciudad.

Alfons Grau – Director Gerente de Grau Luminotecnia

*** Cuando hablo de «amarillo» y «azul» estoy refiriéndome a las dominantes del blanco, excepto con el sodio que es amarillo-amarillo. En todos los documentos que he encontrado hacen referencia al «blanco» y  yo he ido matizando la dominante usando la lógica y saliendo a la calle a mirar los faroles.

*** Post actualizado con correcciones el 25/11/2014 a las 10:50

Referencias:

  • Historia de Barcelona (Alicia Sánchez y María Pomés; editorial Óptima, 2001)
  • Wikipedia y varios enlaces

3 Respuestas to “Iluminación en las ciudades”


  1. 1 Pablo 25 noviembre 2014 a las 2:07

    Muy interesante el artículo, gracias!
    En el resumen, no es «1930 – Farol de vapor de sodio baja presión»?
    Saludos 😉

  2. 3 Carlos Niño Rodríguez 24 noviembre 2014 a las 18:36

    La fotografía de las ciudades por la noche siempre es complicada pero si, además, se le añaden fondos iluminados por el sol (aun que sea en sus últimos minutos) entonces se convierte en una batalla


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