La fotofobia es la intolerancia a la luz debida al albinismo y enfermedades oculares o relacionadas con el sistema nervioso ocular. No voy a entrar en el tema médico con sus múltiples causas y efectos, para esto ya están los blogs médicos que encontraréis por la red. Voy a centrarme en cómo afecta la luz que utilizamos en los rodajes. En nuestro sector se da en la gente que lleva muchos años mirando a los proyectores ya sean actores, directores de fotografía, iluminadores, gaffers o personal del equipo eléctrico, y puntualmente en todo el equipo tras una resaca de fin de rodaje…
No nos engañemos, un soldador lleva una careta con un cristal casi negro para no quemarse la retina, al igual que un astrónomo pone un filtro cuando busca manchas solares, pero un actor no puede ponerse gafas ni caretas en un rodaje, y aunque sea el que recibe una luz menos agresiva en los ojos, sí es el que la recibe durante más horas a lo largo de su vida. La fotofobia en los actores viene de los inicios del cine, cuando se empezaron a utilizar proyectores de arco de carbón heredados de los proyectores antiaéreos, de faros (de los faros también adoptamos las lentes fresnel) y de búsqueda; la película a principios de siglo necesitaba una gran cantidad de luz y aparte del Sol la única fuente potente para exteriores era el arco de carbono (los arcos fueron sustituidos en interiores por la luz de incandescencia dado al ruido que hacían); pobres actores cuando tenían que mirar a la luz de la manera más natural posible. Los enormes focos de incandescencia también jodían (perdonadme la expresión) pero menos dado que los arcos, además de más luz, emitían ultravioletas y no los filtraban.
Después de los arcos, la siguiente fuente de luz para competir con el Sol fueron y son las conocidas popularmente como HMI que también emiten UV, pero los proyectores van cerrados y filtrados, aunque no es recomendable una larga exposición frente a ellos (especialmente los proyectores pequeños porque son los que se ponen más cerca del actor). Sea arco, HMI, incandescencia, fluorescente (que también emite UV) o LED, cuando he empezado el artículo no quería referirme al UV como causa de la fotofobia si no a los rayos de una luz potente que inciden directamente en la retina de quienes lo miran. Esta luz tan molesta que cuando nos deslumbran con ella nos quedamos unos segundos viendo los anillos del fresnel, manchas oscuras, o puntos de LED’s matriciales; a mí personalmente cada vez que enseño un equipo me deslumbran y el proyector que más odio es el LED matricial que parece que se te meta directamente en el cerebro.
Definitivamente, los que trabajamos con luz acabamos desarrollando una hipersensibilidad hacia ésta y nos molestan los días sin nubes, los contrastes de oscuro/hemorragia de luz en un set y hasta las linternitas de LED en la noche.
Alfons Grau – Director Gerente de Grau Luminotecnia
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